El terror de lo invisible
One-Eyed Likho toma su nombre de una criatura del folclore eslavo: un espíritu de la mala suerte, representado como una figura encapuchada con un solo ojo. En este juego de plataformas y puzzles con fuerte carga narrativa, tomamos el control de una joven que entra a un bosque maldito para romper una maldición ancestral. La ambientación es clave: oscuridad, viento, murmullos, y una presencia que parece acecharnos siempre… sin mostrarse del todo.
Una experiencia personal y simbólica
El equipo de desarrollo está formado por artistas ucranianos que se inspiraron en historias contadas por sus abuelos durante tiempos de guerra. Hay elementos simbólicos fuertes: máscaras, canciones de cuna, talismanes rotos. El juego no solo quiere contar una historia, sino hacer que sientas el peso de cada decisión, cada salto, cada sombra que se mueve apenas en la periferia de tu visión.
Arte melancólico y una banda sonora poderosa
Visualmente, One-Eyed Likho se aleja del color y apuesta por una paleta oscura, casi monocromática, con acentos rojos y dorados que marcan elementos clave. El diseño de personajes recuerda a grabados tradicionales, y la animación fluida le da vida a un mundo inquietante. La música —con elementos de canto eslavo y cuerdas— crea un contraste perfecto entre belleza y amenaza constante.
¿Por qué lo esperamos tanto?
Porque este tipo de juegos no solo ofrecen desafío, sino una puerta a otras culturas, a relatos transmitidos oralmente y transformados en arte interactivo. One-Eyed Likho se perfila como uno de los indies más poéticos y perturbadores del mes.
Conclusión
Si te atraen los juegos con alma, raíces culturales profundas y una estética única, One-Eyed Likho es uno de los lanzamientos más prometedores de julio. Una aventura corta pero intensa, para jugar con auriculares y dejarse arrastrar por la oscuridad.