En 2004, Jonathan Blow, un programador y diseñador de videojuegos, concibió la idea de Braid durante un viaje a Tailandia. Su visión era desarrollar un juego que desafiara las convenciones tradicionales, ofreciendo una experiencia profunda y reflexiva. Blow inició el desarrollo en abril de 2005, dedicando más de tres años y una inversión personal de aproximadamente $200,000 para materializar su visión.
Para dar vida al mundo de Braid, Blow colaboró con el artista David Hellman, conocido por su trabajo en el webcómic «A Lesson Is Learned But The Damage Is Irreversible». Hellman fue responsable de diseñar los fondos y escenarios del juego, creando un estilo visual único que complementaba la narrativa y la mecánica del juego. Inicialmente, los gráficos de los personajes fueron creados por Edmund McMillen, pero posteriormente fueron redibujados por Hellman para mantener la coherencia estética con los escenarios.
Braid se destacó por su innovadora mecánica de manipulación del tiempo, que desafiaba las expectativas de los jugadores y ofrecía puzzles únicos. Cada mundo dentro del juego introducía una variación distinta de esta mecánica, obligando a los jugadores a replantear su enfoque y estrategia en cada nivel. Esta profundidad en la jugabilidad fue fundamental para el reconocimiento y éxito del juego.
Tras su lanzamiento en 2008, Braid recibió elogios generalizados por su diseño innovador, narrativa profunda y estética artística. El juego no solo se convirtió en un éxito comercial, sino que también fue fundamental para impulsar el movimiento de los videojuegos independientes, demostrando que proyectos autofinanciados podían alcanzar altos niveles de calidad y éxito.
El éxito de Cave Story abrió las puertas a numerosos desarrolladores independientes, demostrando que es posible crear juegos de alta calidad sin el respaldo de grandes empresas. A lo largo de los años, el juego ha sido adaptado a diversas plataformas, incluyendo Nintendo 3DS, Nintendo Switch y consolas de sobremesa, introduciendo mejoras gráficas y nuevas características.

- Premios tempranos: Una versión preliminar de Braid ganó el premio a la «Mejor innovación en el diseño de juegos» en el Festival de Juegos Independientes de 2006, antes de que se completara el arte final.
- Inversión personal: Jonathan Blow financió el desarrollo del juego con su propio dinero, invirtiendo alrededor de $200,000 en el proyecto.
- Inspiraciones literarias: El desarrollo del juego estuvo influenciado por obras literarias como «Las ciudades invisibles» de Italo Calvino y «Los sueños de Einstein» de Alan Lightman, que exploran realidades alternativas y la naturaleza del tiempo.
Braid no solo redefinió lo que podía ser un videojuego independiente, sino que también inspiró a una generación de desarrolladores a explorar nuevas formas de narrativa y mecánicas de juego. La dedicación y visión de Jonathan Blow demostraron que la innovación y la pasión pueden superar las limitaciones financieras y técnicas, dejando una marca indeleble en la industria de los videojuegos.