En la última década, los rogue-like y sus variantes (rogue-lite) se han convertido en uno de los géneros más populares entre los desarrolladores independientes. Títulos como The Binding of Isaac, Dead Cells, Hades y Enter the Gungeon elevaron el estándar con mecánicas adictivas, rejugabilidad infinita y sistemas de progresión únicos. Sin embargo, la proliferación de juegos con estas características ha llevado a preguntarse: ¿el género está perdiendo fuerza? ¿El público comienza a cansarse?
El éxito de los rogue-likes reside en su fórmula atractiva: niveles generados de manera procedural, muertes permanentes y recompensas para el jugador que aprende de sus errores. Estos elementos no solo encajan perfectamente en proyectos de bajo presupuesto, sino que también ofrecen una experiencia fresca y desafiante.
Sin embargo, con la explosión de títulos indie en los últimos años, la fórmula comenzó a volverse predecible. Muchos desarrolladores intentaron replicar el éxito de los grandes exponentes del género, pero sin añadir innovaciones significativas. Esto ha resultado en una saturación de juegos que, aunque técnicamente competentes, no logran destacar en un mercado repleto de propuestas similares.
Los jugadores más apasionados por los rogue-likes parecen haber alcanzado un punto de fatiga. La generación procedural, antaño una promesa de novedad infinita, ahora es vista como un recurso que puede carecer de alma si no se utiliza con cuidado. Las mecánicas repetitivas y la falta de narrativa profunda en muchos títulos del género han provocado que algunos jugadores busquen experiencias más únicas o narrativas más envolventes.
Incluso títulos de gran éxito como Hades destacan no solo por sus mecánicas, sino por cómo innovaron al integrar una narrativa sólida y progresión emocional en un género tradicionalmente centrado en la jugabilidad pura. Esto deja entrever que el público no se ha cansado del género en sí, sino de la falta de originalidad en muchas de sus propuestas recientes.
Pese a la fatiga que algunos sienten hacia los rogue-likes, hay señales de evolución en el horizonte. Nuevos juegos están combinando la esencia del género con mecánicas de otros estilos para revitalizarlo. Por ejemplo:
- Dome Keeper mezcla elementos de gestión y defensa de bases en un formato rogue-like.
- Have a Nice Death añade un arte estilizado y un humor oscuro que lo hacen único.
- Rogue Legacy 2 perfecciona la fórmula al ofrecer mejoras permanentes y árboles de habilidades más profundos.
Por otro lado, el público también está comenzando a demandar experiencias híbridas que trasciendan los límites tradicionales del género. Juegos como Returnal, aunque no es indie, muestran cómo un rogue-like puede evolucionar al combinarse con gráficos AAA y narrativa cinematográfica.
Por ahora, el equipo de Extremely OK Games se ha reducido considerablemente, pero Thorson dejó abierta la posibilidad de colaborar con antiguos miembros del estudio en el futuro.
El camino para los rogue-likes parece estar en la especialización. El mercado ya no necesita más títulos genéricos que reciclen mecánicas; necesita proyectos que aporten algo nuevo, ya sea a través de mecánicas innovadoras, narrativas impactantes o estilos visuales únicos.
Los rogue-likes no desaparecerán, pero quizás estamos entrando en una fase donde los desarrolladores deberán ser más selectivos y creativos al abordar el género. Para los jugadores, esto significa menos cantidad, pero con suerte, mucha más calidad.